Queridas familias franciscanas, queremos por medio de estas primeras palabras, agradecer a Dios por habernos regalado la vocación franciscana, que nuestra Madre María del Carmen Fuenzalida supo interpretar y adaptarla a los nuevos tiempos. También queremos agradecer a ustedes, por confiar en nuestro proyecto Misionero-educativo, con el cual sus familias van creciendo en el amor y la fraternidad.
Así mismo, queremos agradecer por todo el personal que hace posible seguir viviendo el carisma franciscano, docentes, asistentes de la educación, directivos. Para todos, pedimos a nuestro padre Dios y a nuestra Madre María que desciendan abundantes bendiciones.
Hoy como comunidad educativa, tenemos el desafío de seguir haciendo vida la fraternidad, la solidaridad, el cuidado de la naturaleza, que tanto bien nos hace como sociedad.
El evangelio nos invita a vivir pensando en el prójimo como un hermano. Es por eso que como pastoral, queremos que cada rincón del colegio, sea un lugar de encuentro y acogida, dónde se viva la fraternidad y el amor.
Como dice nuestro amado Padre San Francisco, “Donde hay caridad y sabiduría, no hay temor ni ignorancia”, y para esto, nuestras vidas deben estar dispuestas a amar y amar sin medida.
Fraternalmente Hna. Lucía Arias
Coordinadora de Pastoral